miércoles, 22 de abril de 2015

Invocación Leviatán



Sello e Invocación



¡A las grandes aguas ennegrecidas yo llamo!
A través de las profundidades que no tienen voces hasta al reino no visto o experimentado con ojos despiertos.
¡Leviatán! ¡Leviatán! ¡Leviatán!
Tú, ¡Serpiente eterna!
Tú, ¡Daemon que puede oscurecer las orbes de luz!
¡Estoy parado en las puertas del abismo para despertarte!
¡Levántate, Leviathan!
¡TEHOM! ¡TEHOM! ¡TEHOM!
¡Te invoco, Leviatán!
¡Rodéame; guía mi espíritu inmortal a través de tus espirales!
¡Serpiente Enrollada, Iniciador!
¡Fuera de tu boca están lámparas ardiendo!
¡Tormentoso Dragón!
¡Rahab, Ángel de Violencia, cuyo poder levantó espiritualmente a Egipto!
¡¿Qué debe intensificar y ensombrecer la oscuridad de la noche?! ¡Leviatán! ¡Leviatán! ¡Leviatán!
¡¿Quién trae en unión a Samael y Lilith, Tanniver?!
¡Oh Coronada Serpiente del Espíritu demoníaco!
¡Rodeado en Oscuridad pero ardiendo de la Luz Interior!
¡Theli! ¡Theli! ¡Tehom! ¡Tehom!
Orgulloso Ángel Oscuro de ser eterno, ¡yo te despierto!
¡Levántate de tu sueño y entra a este mundo de carne!
¡Qué yo seré tu recipiente, porque somos de la misma sangre!
¡Leviatán, contemplo tu cruz y la honro!

¡Porque esto representa el infinito que tú ofreces, la Inmortalidad del Espíritu!
¡Leviatán apodera al Daemon para levantarse como un Dios!
¡Salve, Leviatán, Serpiente de Sabiduría y Violencia!
¡Nacido del Caos!
¡Qué así sea!

Señor de los Oceanos Leviatán

Leviatán

Considerado como uno de los “Siete Príncipes del Infierno”, Leviatán es para muchos interpretes una forma simbólica del mismo Satanás. Él es el “Dragón que está en el mar” del que habló el profeta Isaías , la Serpiente Antigua, el terrible “Amo Demonio de los Océanos” referido en el Diccionario Infernal de Collin de Plancy…

Leviatán (לִוְיָתָן: “torneado”, “en espiral”; pronunciado como “Livyatan” en hebreo estándar y como “Liwyatan” en hebreo tiberiano), asociado y a veces hasta visto como un sinónimo del mismo Satanás, es también una bestia marina del Antiguo Testamento y de la tradición judía. Pese a que en hebreo moderno su nombre simplemente significa “ballena” y pese a ser considerado una mera bestia bíblica por ciertos intérpretes, “Leviatán” ha sido y será siempre un nombre que en el imaginario popular y en la mente de algunos expertos traiga consigo cuestiones relacionadas con El Mal y los demonios.

En el Cristianismo, Leviatán es usualmente considerado como una forma de Satanás, asociación que en gran parte se debe a que la expresión “serpiente antigua” se vincula con ambos nombres.

Algunos intérpretes han sugerido que Leviatán es un símbolo de la Humanidad que se opone a Dios; en este lineamiento teórico, también han dicho que las bestias del Libro de Daniel y del Apocalipsis son en realidad seres metafóricos.

Por otra parte y en base a muchos pasajes del Antiguo Testamento, Leviatán ha pasado a ser una representación de las naciones —Asiria y Egipto, por ejemplo— en guerra contra Israel, por lo que en un segundo plano simbólico Leviatán podría representar al Demonio al poderse interpretar a Israel como el Pueblo de Dios.
El nombre “Leviatán” aparece varias ocasiones dentro de la Biblia:

 Isaías 27:1: Este pasaje, al ser vinculado con la descripción que el Génesis hace de Satanás como una serpiente tentadora, ha sido en gran parte el que ha dado origen a la figura del Demonio como el Gran Dragón, como la Gran Serpiente, como Leviatán…En efecto, a diferencia de otros pasajes bíblicos en que “Leviatán” parece ser solo el nombre con el que se alude a una gran bestia, aquí sí resulta claro que alude al Demonio (al menos simbólicamente), sobre todo teniendo en cuenta que el contexto del pasaje bíblico es un contexto apocalíptico. Por ello sirve citar no solamente Isaías 27:1 sino también Isaías 26:21. Citando ambos pasajes (que en la biblia está uno luego del otro) se tiene este texto revelador: ‹‹Porque el Señor sale de su morada/para pedir cuenta de su iniquidad/a los habitantes de la tierra:/la tierra pondrá al descubierto la sangre derramada/y ya no cubrirá a sus muertos./Aquel día, el Señor castigará con su espada bien templada,/a Leviatán, la Serpiente huidiza,/a Leviatán, la Serpiente tortuosa,/y matará al Dragón que está en el mar.››
Salmos 74: 13, 14 y Salmos 104: 25, 26: En el primer pasaje se habla de que el Señor aplastó las cabezas de Leviatán y se las dio de alimento a las fieras del desierto, mientras que en el segundo se dice que creó al Leviatán para jugar con él y se presenta al Leviatán como una bestia marina. Hay quienes han interpretado que el primer pasaje alude a Leviatán como el Demonio pero aquello carece de sentido si se tiene en cuenta que, a diferencia de en el texto de Isaías, en Salmos 74: 13, 14 el Señor ya ha aplastado las cabezas de Leviatán, ya lo ha derrotado, siendo que supuestamente —y en concordancia con el Nuevo Testamento— es en el Día del Juicio (tal y como sale en Isaías) cuando el Demonio será definitivamente derrotado. Ahora, el pasaje de Isaías también se puede interpretar como una referencia a lo que será (aún no ocurría en tiempos de Isaías) la liberación de los israelitas en Egipto; y, partiendo de eso, la interpretación que se ha hecho de Salmos 74: 13, 14 sería coherente con Isaías en tanto que se habría escrito luego de acontecida la liberación de los israelitas en Egipto; ya que, según se ve en el libro del profeta Ezequiel, a Faraón se lo nombra como un gran monstruo marino tendido en el Nilo, monstruo que será abandonado a las bestias y les servirá como alimento, tal y como luego el Salmo 74: 13, 14 muestra que se cumplió. De ese modo queda claro como las interpretaciones concuerdan si se ve los pasajes como aludiendo al hecho histórico del éxodo israelita; mas, si se intenta ver a los pasajes como aludiendo a la derrota del Demonio, la interpretación solo funciona con el texto de Isaías y resulta forzada en el caso de los Salmos. Por otra parte, en lo que respecta a Salmos 104: 25, 26, a Leviatán allí simplemente se le nombra como monstruo marino, no tiene sentido postular que represente al Demonio antes de pelearse con Dios ya que ese “Leviatán que tu formaste para jugar con él” va precedido de un “Allí está el mar, grande y dilatado, donde se agitan, en número incontable, animales grandes y pequeños” y, por ende, el contexto indica con toda claridad que Leviatán es solo una bestia entre todos esos animales “grandes y pequeños”.
Job 41: Algunos eruditos han dicho que el extenso pasaje de Job alude al cocodrilo, lo cual en primera instancia parecería tener sentido si tenemos en cuenta que el Leviatán de Job habita en el agua, tiene escamas, piel dura e hileras de colmillos. No obstante, incluso en una versión bíblica tan actual como la Reina Valera 2000, el Leviatán de Job es presentado como un ser que no puede vencerse con armas humanas, que su sola visión espanta, que es rey entre los soberbios y que escupe fuego. Entonces: ¿existe alguna especie de cocodrilo que escupa fuego? Evidentemente no, de allí que haya tenido tanto sentido la interpretación hasta hoy vigente de que la bestia referida por Job es el Leviatán-demonio que todos conocemos, un ser terrible de cuya boca “salen hachas de fuego, centellas de fuego proceden” (Job: 41:19, Reina Valera 2000).

Textos como el AvodaZara o el MoedKatan (ambos pertenecientes al Talmud) contienen pasajes vinculados a una leyenda judía en la
cual luego del Armagedón habrá un banquete donde solo entrarán “los justos”, un banquete en el que, bajo un gran lugar cuyo techo estará cubierto elegantemente por la piel del Leviatán, se comerá la carne de tres bestias míticas: el Leviatán (bestia marina), el Behemoth (bestia terrestre) y el Ziz (bestia aérea, ave gigante).

Vinculado a lo anterior, en el festival judío de Sucot existe un rezo en que al final el celebrante dice: “así pueda yo tener mérito en el año que viene para morar en el sukkah de la piel de Leviatán. El año próximo en Jerusalén”. Otro ejemplo aún más representativo es el del festival del Akmadut, festival donde se canta un himno en el que dice: “Leviatán y el buey Behemoth… Se engancharán el uno con el otro y comenzarán el combate, con sus cuernos, el Behemoth corneará con fuerza; el pez [Leviatán] saltará para confrontarlo con sus aletas, con poder. Su creador se les aproximará con su espada poderosa [y los matará a ambos]” y “…[…]…de la hermosa piel del Leviatán, Dios construirá los pabellones para abrigar al honrado, que comerá la carne del Behemoth [buey] y el Leviatán en medio de gran gozo y alegría, en un enorme banquete que será dado para ellos.”

En cierta línea de la tradición judía se cree que el Leviatán era un dragón andrógino que sedujo a Adán en su forma femenina y a Eva en su forma masculina.

Ciertos eruditos han dicho que el Leviatán, Behemoth y Ziz deben ser interpretados respectivamente como símbolos del agua, la tierra y el aire.

Por último, el Libro de Enoc (apócrifo para los católicos) nos presenta a Leviatán y a Behemoth como seres cuya descripción parece haber inspirado las interpretaciones de los eruditos que antes fueron mencionados. Dice el Libro de Enoc: ‹‹Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que morará en el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain››

Se cree que, antes de caer, Leviatán pertenecía a la orden de los Serafines, la primera jerarquía angélica de entre las nueve existentes. Así, Leviatán habría estado entre los “ángeles de la caridad”, entre los seres que están más cerca del Padre y que pasan la eternidad contemplando y disfrutando la belleza del Todopoderoso y cantándole a su gloria sempiterna mientras esparcen sus rayos de amor sobre la Creación.

En la demonología medieval algunos creían que Leviatán era un demonio acuático que intentaba tomar posesión de las almas y que resultaba muy difícil de expulsar mediante el rito exorcista. Otros simplemente lo veían como una imagen de Satanás.

Para Santo Tomás de Aquino, Leviatán era el demonio de la envidia y, de entre todos los habitantes del Averno, él era el primero en encargarse de castigar a los envidiosos.

Según el jesuita Peter Binsfeld, Leviatán es, dentro de los siete príncipes del infierno, el que representa el pecado capital de los celos. Al menos así lo describe dentro de su De confessionibus maleficorum et sagarum, libro que es uno de los pilares de la demonología renacentista (fue publicado en 1589).

Más tarde, Sebastían Midhaelis habría de dividir a la elite de los demonios en tres categorías, poniendo ocho demonios en la primera, cinco en la segunda y tres en la tercera. Allí Leviatán sería situado en la primera categoría como un demonio caracterizado por atacar las creencias religiosas, por inducir al paganismo, al ateísmo, al escepticismo arreligioso…

Dentro de todo lo que se ha dicho sobre Leviatán hay algo de suma importancia en tanto que supuestamente fue dicho por un demonio…De esto nos habló el Padre Sebastien Michaelis en sus escritos sobre el caso de posesión de la hermana Madeleine, acaecido en 1647 dentro del convento de Louviers en Aix-en-Provence. Ahí, Sebastien Michaelis nos cuenta que, en el contexto de los exorcismos, el demonio Bablerith (uno de los tantos demonios que poseían a la monja de dieciocho años) soltó los nombres de los otros demonios que poseían a la monja, dentro de los cuales estaba Leviatán, demonio que, según dijo Balberith, tendría de enemigo especial a San Pedro, se encargaría de incitar a los hombres a cometer sacrilegios y sería el gran enemigo de los santos.

Ya casi dentro de lo que es la actual demonología, en suDiccionario Infernal publicado en 1863, Collin de Plancy nos presentará al alto mando infernal dividido en cinco grupos: el primero, de príncipes y altas dignidades; el segundo, el de los llamados “ministros de despacho”; el tercero, el de embajadores; el cuarto, el de los encargados de impartir la justicia en el infierno; y el quinto, el de los encargados de las distintas funciones dentro de la gran mansión llamada “Casa de los Príncipes”. Dentro de todas esas divisiones Leviatán se encuentra en el grupo de los ministros de despacho y ocupa la función de Gran Almirante, dirigiendo la Armada del Infierno y siendo así mismo el “Amo Demonio de los Océanos” y el “Rey de las Bestias”, títulos de los cuales el primero comporta la cualidad de que Leviatán no puede ser lastimado por arma humana alguna cuando se materializa.

Finalmente, de acuerdo a La Biblia Satánica de Antón Szandor LaVey, Leviatán es, dentro de los llamados “Cuatro Príncipes de la Corona del Infierno”, aquel que representa al elemento del agua y gobierna el Oeste en el infierno y en la Tierra (en tanto zona que sufre influencias demoníacas). Al pertenecerle el elemento del agua, Leviatán es asociado con la vida y la creación y, en el marco de los rituales satánicos, se lo representa con un cáliz. La Iglesia de Satanás usa, para representar a Leviatán, las cinco letras hebreas de “לִוְיָתָן” dispuestas en las cinco puntas del Sello de Baphomet. Las letras deben ser leídas en orden de las manecillas del reloj, comenzando desde la que está en la punta que señala hacia el sur: el nombre se lee como “LVITHN” y significa “Leviatán”.


cadauno de los llamados “siete príncipes del infierno” representa un pecado capital.


 Cada príncipe representa un elemento (aire, tierra, fuego, agua) y controla un punto cardinal. Los príncipes son Satán (fuego, Sur), Lucifer (aire, Este), Belial (tierra, Norte) y Leviatán (agua, Oeste).

Invocación Asmodeo



Sello e Invocación



Señor Satanás, por tu gracia concédeme, yo te ruego, el poder para concebir en mi mente y para ejecutar aquello que yo deseo hacer, el fin que con tu ayuda quiero conseguir, oh Poderoso Satanás, único Dios Verdadero que vive y reina por los siglos de los siglos. Te ruego que inspires a Asmodeo, Señor de la Lujuría, para que se manifieste ante mi presencia y me conceda la respuesta verdadera y fiel del auxilio necesario para el cumplimiento de mi finalidad deseada, siempre y cuando ésta concuerde con el oficio que le es propio. Esto yo lo pido respetuosa y humildemente en tu nombre, Señor Satanás, si puedes tú considerarme merecedor o digno de ello, Padre.
 NOTA: Antes de recitar la oración usted debe preparar una pequeña mesita (a modo de altar) en la que esté una o más velas negras, uno o más de un incienso de la mejor calidad posible y, sobre todo, una cartulina blanca en que esté el sello del demonio. Previamente a la oración, usted deberá visualizar en su mente el sello del demonio (por eso se recomienda conocerlo de memoria) mientras recita o canta el nombre del demonio en un tono de voz normal o moderadamente alto. La recitación deberá durar por lo menos unos tres minutos; mientras eso sucede, el incienso deberá estar consumiéndose. Todo esto usted lo debe hacer en completa soledad, si es posible de noche y, aún mucho mejor, a las tres de la madrugada y en una noche de luna llena…En términos generales, si el demonio se ha hecho presente se manifestará con una de estas señales: 1) lo verá en el espejo, 2) habrán anomalías en el humo del incienso, 3) el demonio aparecerá directamente (esto es muy difícil que suceda).

Asmodeo


Asmodeo – El Demonio de la Lujuria





Asmodeo es el demonio de los pecados carnales, el ser que se encarga de llevar a los hombres a las turbias aguas de la lascivia. Él disfruta incitando la infidelidad y destruyendo noviazgos y matrimonios. Como pocos, Asmodeo es un demonio que aparece en la Biblia como un ser bien diferenciado de Satanás.

Asmodeo es concebido como el demonio responsable de pervertir los deseos sexuales de los humanos, de motivar la voluptuosidad y hacer que las almas, dantescamente hablando, sean condenadas al Segundo círculo del Infierno. Para el papa Gregorio el Grande perteneció en su pasado angelical a la Orden de los Tronos y en el Renacimiento fue visto como el príncipe de la lujuria dentro de los llamados “siete príncipes del infierno”, categoría en que cada príncipe representaba un pecado capital.

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Etimología y origen

Su origen pertenece al Mazdeísmo (o Zoroastranismo) persa: allí el demonio servía directamente al mal principal (Angra Mainyu), conocido por nosotros como Lucifer. Era sin embargo un demonio distinto de aquel que nos legó la tradición judía: era un demonio de la ira, lo cual ha quedado reflejado en el hecho de que el nombre “Asmodeo” se deriva de “ashma-daeva” en el idioma avéstico, palabras que se traducen como “ira-demonio”.

Esta entidad es conocida en distintas culturas, razón por la que tiene varios nombres como: “Chammaday”, “Asmodeus”, “Asmodaios”, “Asmoday”, “Ashmadia”, “Asmodée” en francés, y “Asimodai” en rumano, entre otros más. Shakespeare escribió sobre él abreviando su nombre a “Modo”.

Asmodeo fue incorporado al judaísmo como un espíritu malvado en elTalmud y en los textos de la construcción del Templo de Salomón, donde es descrito como “la criatura del juicio” aunque también es el responsable de crear la música, el drama y la danza. En el Talmudexiste una leyenda que dice como el rey Salomón manipuló al demonio para que construya el Templo de Jerusalén, además existe una fábula en la que el Rey Salomón cambió lugares con Asmodeo.
Nada mejor para mostrar el rol de éste demonio que las palabras que el mismo profiere en el Testamento de Salomón: ‹‹Soy llamado Asmodeo entre los mortales, y mi negocio es conspirar contra los recién casados de modo que no se conozcan. Yo los quebraré con varias calamidades. Me arrebata la belleza de las vírgenes y anhelo sus corazones…Yo transporto a los hombres a los lapsos de la locura y el deseo cuando ellos tienen sus propias esposas, así ellos las abandonan y se escapan de día y de noche con otras que pertenecen a otros hombres, con el resultado de que incurren en el pecado y caen en actos criminales››

En el Libro de Tobías, el arcángel Rafael le enseña a Tobías como deshacerse del demonio que —con el fin de impedir que consumen su unión— había matado a los siete maridos anteriores de Sarah en las noches de boda. El ritual consistía en esperar tres noches después de su boda para tener relaciones, también debía atrapar un pez y colocar su corazón e hígado en carbones encendidos. Los vapores producidos con el hechizo forzaron a Asmodeo a huir a Egipto, lugar donde fue atrapado por el arcángel Rafael.

En el folclor judío, Asmodeo era el hijo de un hombre mortal y del ángel de la prostitución (Naamah), escritos dicen que su padre era Adam y que lo concibió mientras estaba casado con Lilith. De acuerdo a los textos del año 100 y 400 antes de Cristo, el origen del demonio dice: “Yo nací de la semilla de un hombre y un ángel.”

Dentro de las fábulas de la biblia hebrea, Asmodeo es el demonio de la ebriedad y lujuria, el que disfruta de estrangular a las novias en su noche de bodas dentro de la recámara nupcial, evitando así que consumen su amor.

Durante el siglo XIX, parejas en varias regiones de Francia, Alemania y los Balcanes siguieron el ejemplo de Tobías y Sarah, esperando tres días luego de la noche de bodas para efectuar la unión carnal. Mas estuvo el caso de los esposos franceses, los cuales pagaban un diezmo a la Iglesia para tener permiso y obviar esa regla…

En los textos hebreos, Asmodeo era miembro de los ángeles serafines, la jerarquía más alta en el Reino del Cielo. En el contexto de la historia del Cristianismo, este demonio era adorado por las brujas de la Edad Media, razón por la que en 1617 se lo acusó de poseer a las monjas de Loudun en el pueblo de Poitiers Francia.

Dentro del libro mágico Lemegeton, Asmodeo es descrito como una entidad cuyo rostro (uno de sus rostros, mejor dicho) y torso son
de un humano, además de que cabalga un dragón portando una lanza y tiene 3 cabezas: una de carnero, un toro y un ogro, figuras todas asociadas comúnmente con lo licencioso. En elDiccionario Infernal escrito por Collin de Plancy, Asmodeo también tiene piernas de gallo, un ave conocida por su vigor sexual, además posee una cola de serpiente y cabalga un león con cuello y alas de dragón, criaturas que están asociadas con el deseo y venganza.

El demonólogo holandés Johann Wier, lo describió como “el banquero de la mesa de bacará en el infierno” y también el que controla todas las casas de apuestas en la Tierra. Para invocarlo, el hechicero debe tener la cabeza descubierta como señal de respeto hacia el demonio, de lo contrario el demonio lo engañará. Si la invocación está bien realizada, Asmodeo entregará un anillo con propiedades mágicas y lo llevará al invocador a un tesoro escondido.

De acuerdo con el texto La llave menor de Salomón, Asmodeo está en el rango 32 de la lista de demonios poderosos, mas todas las observaciones concuerdan con su trabajo de fomentar el deseo carnal. También en ese libro se describe la reunión que Salomón tuvo con el demonio, en el que el poderoso monarca lo interrogó severamente y Asmodeo le dijo que su reino sería dividido. Así mismo se revela que Asmodeo fue vencido por el ángel Rafael y que el demonio detesta al agua y a las aves porque le recuerdan a Dios…

Los estudios de Sebastián Michaelis sobre el texto satánico de 1486, el Malleus Maleficarum, ponen a Asmodeo como el demonio de la lujuria, cuyo poder es más fuerte en el mes de noviembre. Sin embargo otros expertos en demonología dicen que su signo zodiacal pertenece a Acuario y que se presenta durante enero 30 y febrero 8. En el infierno Asmodeo comanda 72 legiones de demonios bajo el servicio del emperador Lucifer.

Teólogos cristianos comparan a Asmodeo con Abadón, y para muchos autores este demonio es el príncipe de la venganza y el protector de los homosexuales masculinos, debido a que dicha naturaleza sexual era vista como una forma de seducción por parte de las fuerzas demoníacas.
Para corromper al humano incitando a que se lo invoque, Asmodeo entrega anillos que están influenciados por los astros. Los humanos que los portan ganan la habilidad para hacerse invisibles. También da la capacidad de leer los pensamientos de otros y sabe dónde hay tesoros escondidos. Finalmente el demonio puede instruir al hombre en el arte de la geometría, aritmética, astronomía y artes mecánicas.

Exorcizar un cuerpo poseído por Asmodeo no es una tarea fácil, pues el clérigo debe saber su nombre real para que sus palabras tengan efecto.

En el escrito The Devil on Two Sticks, su autor Alain-René Lesage presenta a Asmodeo como una persona atractiva con buenos modales y una personalidad encantadora. En el texto el demonio en forma de humano cojea de una pierna herida cuyo origen estaría en su caída del cielo.

En el conocido juego de mesa Calabozos y Dragones, Asmodeo aparece como un malvado y poderoso príncipe de los nueve infiernos. Este demonio ha hecho su aparición en la popular serie de televisió Charmed y en la película Gabriel en el 2007; en ésta última, el actor que interpreta a Asmodeo lo presenta como un narcisista.

A diferencia de muchos otros demonios, Asmodeo sí podría ser una entidad real y no un simple nombre o un ser simbólico. Las razones de aquello las veríamos sobre todo en lo siguiente: 1) en esencia, en todos los textos que se ha hablado de él se dice lo mismo; 2) aparece en los textos de la construcción del Templo de Salomón, los cuales representan una fuente mucho más fiable que otros escritos ocultistas; 3) en el siglo XVII estuvo ligado a un caso de posesión en Francia; 4) aparece de forma uniforme (en todas se lo menciona como demonio) en una fuente de gran importancia como la biblia, a diferencia de casos como el de Leviatán que en unas partes de la biblia se lo presenta como una bestia y en otras como un demonio. Por último sabemos que estamos en una época de abundantes divorcios: así que, si Asmodeo existe, podemos pensar un tanto en tono de broma que éste señor demonio está en el apogeo de su poder…



Invocación a Belcebú



Sello e Invocación
"Te conjuro, ligo y exhorto por Lucifer, Belcebú, Satanás, Jauconill y por su poder, y por el homenaje que les debes. Y también te exhorto por la Triple Corona de la cabeza de Cerbero, por Estigia y Fegitón, por tu compañero y diablo mayordomo Baranter, que atormentes y castigues a este desobediente demonio hasta que le hagas aparecer corporalmente a mi vista y que obedezca mi voluntad y las órdenes de cualquier cosa que te exhorte o te ordene.
Fiat, Fiat, Fiat".

El Señor de Las Moscas Belcebu


Belcebú (Baal) – El Señor de Las Moscas

Conocido también como “El Señor de las moscas” Belcecú es uno de los siete princípes del Infierno y el que representa el pecado capital de la gula. Su nombre deriva a Ba’ al Zebûb, un término despectivo que los hebreos emplearon para burlarse del hecho de que los templos donde era adorado estaban repletos de moscas, insectos que se alimentaban de la carne de los sacrificios que no era recogida y se dejaba pudrir dentro del templo.


Belcebú es uno de los demonios más importantes ya que está entre los siete príncipes del infierno (siendo aquel que representa el pecado de la gula). Su nombre deriva de “Ba´al Zebûb” o “Beelzebub”, título que significa “Señor de las moscas” y que los hebreos aplicaron de forma despectiva a Hadad y a los otros dioses semíticos que los paganos veneraban bajo el título de “Baal” (“señor” en español). De allí que en realidad Baal y Belcebú sean la misma entidad aunque la diversidad de interpretaciones haya generado equívocos y algunos piensan que son dos demonios distintos.

Belcebú, “príncipe de los dioses falsos” según Francis Barret demonio asociado al pecado mortal del orgullo para Michaelis Sebastien, fue en su pasado angelical un miembro de la orden de los querubines y es en el presente uno de los siete príncipes del infierno, el príncipe que representa la gula según la versión de Peter Binsfeld. No obstante para algunos de los que sostienen las teorías del Triunvirato Infernal, Belcebú está entre los tres grandes: así, para el exorcista del siglo XVII Michaelis Sebastien, Belcebú es uno de los tres ángeles caídos más importantes junto con Lucifer y Leviatán mientras que para dos obras ocultistas del siglo XVIII Belcebú conforma, junto con Lucifer y Astaroth, la llamada “Falsa Trinidad”.

Según la ocultista del siglo XVI, Johann Weyer, Belcebú (quien para la autora comanda la Orden de la Mosca) dirigió una exitosa rebelión contra Satanás y llegó a ser el lugarteniente (segundo al mando) de Lucifer.

En la demonología antigua lo consideraban como un personaje que estaba después del rey del infierno. Esta figura gobernaba el Este como un gran duque infernal que comandaba 66 legiones de demonios. Durante el período puritano inglés, Beelcebú era comparado con Satanás y, de acuerdo a los estudios de Francis Barrett, tenía el poder de hacer invisibles y astutos a aquellos que lo invocaban.

La apariencia de este demonio variaba, en unas ocasiones era un humano, en otras un perro, un gato, una rana o combinaciones de las mismas, pero su apariencia “oficial” está en el libro “Dictionnaire Infernal” de Collin de Plancy (escrito en 1818). La ilustración era la de una criatura con tres cabezas: la de un humano con corona, un gato y otra de una rana, las cuales están sostenidas por el lomo y las patas de una araña. No obstante en el imaginario popular se piensa en Belcebú bajo su forma alegórica: de gran tamaño, rostro hinchado, coronado por un cintillo de fuego, con cuernos, piel muy oscura, peludo y con repulsivas alas de murciélago.

Revisando su origen, vemos que en la versión hebrea de los textos se concibe que Ba´al Zebûb es “Beelzebub”, una deidad originaria de la ciudad filistea de Ekron. Su significado se traduce como el “Señor de Las Moscas”, título que denotaba como los hebreos denigraban a las deidades de sus enemigos ya que aquel título fue elaborado como una mofa ante el hecho de que dejaban que la carne de sus sacrificios se pudrieran y grandes nubes de moscas se aglomerasen en torno a las imágenes de sus dioses dentro de los templos. El término “Ba´al Zebûb” no nació para denigrar a un dios en particular sino al conjunto de dioses semíticos del oeste que eran venerados bajo el título de “Baal” o “Señor”; aunque, y cabe resaltarlo, fue sobre todo (mas no únicamente) en el contexto de las adoraciones a Hadad que los judíos elaboraron aquel título peyorativo.

Los equívocos vinieron mas tarde en parte gracias a los primeros demonólogos, los cuales en su mayoría ignoraban que “Baal” era un título que se aplicaba a varios dioses y, de ese modo, creían que “Baal” aludía a un solo personaje. También el Nuevo Testamento suscitó confusión al hablar de Belcebú como “Satanás” o “El Príncipe de los Demonios”, razón por la cual muchos de los primeros demonólogos, al saber que Belcebú era Baal, hablaban de él como “el primer rey” o “director del infierno”, puesto que creían que, al ser Satanás según el Nuevo Testamento, “Baal” no era sino un nombre para referirse al mismo Lucifer (tamibén llamado “Satanás”).

Por otra parte, Belcebú ha sido uno de los demonios más asociados a la brujería, siendo muy solicitado por las brujas y habiendo sido acusado en los círculos religiosos de muchos casos de posesión tales como el de la Hermana Madeleine. En este contexto de la magia negra, tan importante ha sido Belcebú que ha llegado hasta el pasado no muy distante haciendo que su nombre sea muchas veces mencionado dentro de los juicios de Salem (Massachusetts, USA), juicios estos que representan la última expresión histórica conocida de histeria popular en torno a las brujas dentro de lo que es Norteamérica y Europa.

Según la versión de los inquisidores, Belcebú era el señor y maestro en los Sabbaths de las brujas, que en su nombre se negaba a Jesucristo y que, en los pedazos de pan que daban durante la eucaristía de aquellas misas negras, estaba grabado el sello de Belcebú en lugar de la cruz del Salvador. Se sabe así mismo que las brujas cantaban “Belsabub goity, Belsabub beyty” (“Belcebú arriba, Belcebú abajo” ) y que luego formaban un semicírculo en torno al altar, se tumbaban en el suelo, tragaban los trozos de pan con asquerosas pócimas y luego esperaban la llegada de Belcebú, el cual se complacía en fornicar con todos los participantes dentro de una salvaje orgía.

Un caso que vale recordar es el de la Hermana Madeleine de Demandoix del Convento de las Ursulinas (Francia), quien en el siglo XVII fue poseída por Belcebú, teniendo por ello visiones de sodomía y canibalismo y frecuentes impulsos que la llevaban a retorcerse en el suelo exponiendo lascivamente sus órganos genitales en público.

Adorado por pueblos semíticos, el culto a Baal se extiende a principios del siglo XIV, en aquel tiempo sus seguidores lo consideraban como su maestro y amo. En ese entonces la secta celebraba su muerte y resurrección anualmente como parte de los rituales de fertilidad cananea, ceremonias que incluían sacrificios humanos y la llamada “prostitución sagrada” que tenía lugar en los templos.

Al haber sido venerado por varias culturas, Baal es una deidad falsa que ha promovido doctrinas y significados diferentes. En ocasiones era llamado “Ba´al”, si era una deidad masculina o “Ba´alath”, si era mujer, este caso se presentó cuando historiadores recolectaron información antigua de los tributos hechos a este dios en culturas pasadas. Los cananeos lo conocían como Hadad, hijo de Él, dios principal del panteón de sus creencias.

Melgart, el hijo de Él, también era llamado “Ba´al de Tyre”, en la región de Líbano. La historia dice que Ahab, el Rey de Israel, se casó con Jezebel, hija del Rey de los Sidonios, quienes adoraban a Ba´al y, cuando trajeron pilares del falso dios, estos fueron quemados. El culto se hizo prominente en Israel hasta que en el reinado de Jehu su fin tuvo lugar con una campaña purificadora que pretendía la quema de todos los ídolos y templos de Ba´al.

Consecuentemente con lo anterior, pasado el tiempo la veneración a ídolos y semidioses era rechazada por el Judaísmo y todas aquellas figuras eran llamadas “ba´als” y pasaron a representar a espíritus malvados o demonios. Así, la adoración a estos dioses paganos era considerada inmoral y peligrosa.

Ba´al, en la ciudad de Cartago, surgió como “Ba´al Hammón”, dios supremo de los cartagineses. Se cree que su adoración se remonta al siglo V antes de Cristo. El significado de “Hammón” es incierto, pero en el siglo XIX el arqueólogo Ernest Renan encontró dos inscripciones fenicias dedicadas a “El-Hammón”: los símbolos relacionaban a la entidad con Cronos. Sin embargo unas descripciones hebreo-fenicias mencionan a “Baal Señor del brasero” como una figura semejante a una deidad solar. Relatos de los cartagineses sugieren que ellos quemaban a sus hijos como ofrendas para Ba´al Hammón, práctica aquella que ha hecho que se crea que Hammón era un dios de la fertilidad y que fecundaba su territorio con lluvias, fuentes y riachuelos. En el norte de África Ba´al Hammón era conocido como “Ba´al Qarnaim”, el “Señor de los dos cuernos”.

Los sacerdotes de Ba´al son mencionados en la biblia hebrea, especialmente por sus enfrentamientos con el profeta Elías. Sus ceremonias incluían incienso, rituales con túnicas especiales, y sacrificios similares a los que los hebreos hacían a Dios. En los textos hebreos en que se habla de Ba´al y sus cultos profanos, se dice que Ba´al era concebido como un señor genio que controlaba los elementos responsables de la fecundidad de la tierra. Era el que daba pan, agua, lana, lino, aceite y bebidas. También era el principio masculino de la vida y la reproducción natural, por lo que era reverenciado con “impuros” y voluptuosos actos de sensualidad, o incluso perversos rituales en que menores traídas por esclavos eran violadas entre aquellas paredes donde la descomposición de la carne convocaba nubes de moscas.

Los agricultores cananeos hacían rituales de iniciación y, durante las ceremonias religiosas, se efectuaban para Baal los ritos de fertilidad, los cuales eran a veces caracterizados por grandes orgías, de allí que en la Torá se haya hablado de “entregarse a la verguenza” en el contexto de la adoración pagana a ciertos dioses como Baal.

El origen del nombre “Ba’al Zebub/Beelzebub” está en 2Reyes 1:2-3, 6, 16. Allí Ahaziah, un rey israelita, manda un mensajero para que visite el templo de Ba’al Zebub (dios de la ciudad filista de Ekron) y averigüe si, según el dios pagano, se salvará o no de las heridas ocasionadas por haber caído de la ventana de su recámara: “Ve y pregunta a Baal-zebub, el dios de Ekron, si acaso he de sanar de estas heridas”. Según nos cuenta el libro segundo de Reyes, el profeta Elijah condenó al rey Ahaziah a morir por haber proferido aquellas blasfemas palabras en que ponía a Baal-zebub (Belcebú) por encima de Yahvé.

En Marcos 3:22 los fariseos acusaron a Jesús por expulsar a los demonios por el poder de Belcebú el “príncipe de los demonios”. Belcebú también es mencionado en Mateo 12:24, 27 y en Lucas 11:15, 18-19.

Una cuestión importante es que “Beelzebub” fue sustituido por “Beelzeboul” en la traducción al siriaco y al latín (en la Vulgata) de los evangelios, siendo aquella sustitución repetida en la versión Rey James de la biblia y dando como resultado el que “Beelzebub” sea una forma ignorada en Europa Occidental hasta el advenimiento de traducciones más recientes en que dicha forma del nombre fue restaurada.
Aparte de la famosísima referencia implícita a Belcebú en la novela “El Señor de las moscas” de William Golding y en la película (con el mismo título) que se hizo en base a dicha obra, podemos contar con las siguientes referencias:

Cómo “Baal”:
La aparición más notoria y fiel de esta entidad es dentro del popular videojuego Diablo II, donde aparece como Baal “El Señor de la Destrucción”, hermano de Diablo y Mefisto.
También aparece en el juego de rol Baldur´s Gate como el dios del asesinato.
En la serie de ciencia ficción Stargate SG-1, aparece como el Goa´uld más poderoso que quiere dominar la galaxia.
En la trilogía literaria La guerra de las brujas se hace referencia al demonio en la bruja Baalat.
La novela El príncipe de los infiernos del autor Robert R. McCammon presenta a Baal como el demonio que trata de gobernar todo.
Baal también apareció en las novelas gráficas de Marvel como un enemigo de Lobezno.

Como “Belcebú”:
Un manga japonés se llama “Beelzebub”
En el anime Umineko no naku koro ni Belcebú es representado como una mujer de dos trenzas rubias que encarna a la gula.
En el juego Ragnarok Online uno de los jefes del escenario Nameless Island es Beelzebub
En Final Fantasy II el Castillo Pandemónium tiene como jefe a un demonio llamado “Beelzebub”
En Castkevania Symphony of the Night “Beelzebub” es el jefe intermedio del Castillo Invertido y se lo representa como un hombre inmenso que cuelga del techo estando medio podrido y rodeado de moscas…

Notas:
 “Baal” cual si de una entidad particular se tratase aunque aquello es solo con fines explicativos ya que lo que queremos presentar es la realidad como fue vista (fue vista equivocadamente como si de la adoración a un dios particular se tratase) antes que como es en realidad; puesto que, evidentemente, no se pretende solo decir qué mismo es “Baal” sino qué se ha creído que es “Baal”

 No nos confundamos, sabemos que “Baal” no era un dios en particular pero, en el proceso de elaboración de la Biblia, muchas veces se utilizó “Baal” como si de un dios particular se tratase, contribuyendo así a los equívocos. También cabe aclarar que obviamente “Ba´al” es lo mismo que “Baal”

en el libro como en el film se nos presenta a un grupo de niños que naufragan sin ningún adulto en una isla y que se terminan dividiendo en dos grupos: el de los civilizados y buenos que viven de frutas y el de los chicos crueles y salvajes que viven de cazar cerdos, atosigan y terminan asesinando a casi todo el otro bando de chicos y tienen como emblema a la cabeza de un cerdo (asesinado por ellos) colgada en un palo, la cual siempre está repleta de nubes de moscas, es llamada “El Señor de las Moscas” por los chicos y simboliza el proceso de corrupción moral de ellos y del ser humano en general…Así pues, la cabeza mosqueada alude al demonio Belcebú en tanto que símbolo de la corrupción moral a partir de su título de “El Señor de las Moscas”

Invocacion a Belfegor

Sello e Invocación



Señor Satanás, por tu gracia concédeme, yo te ruego, el poder para concebir en mi mente y para ejecutar aquello que yo deseo hacer, el fin que con tu ayuda quiero conseguir, oh Poderoso Satanás, único Dios Verdadero que vive y reina por los siglos de los siglos. Te ruego que inspires a Belfegor, Señor de la Pereza, para que se manifieste ante mi presencia y me conceda la respuesta verdadera y fiel del auxilio necesario para el cumplimiento de mi finalidad deseada, siempre y cuando ésta concuerde con el oficio que le es propio. Esto yo lo pido respetuosa y humildemente en tu nombre, Señor Satanás, si puedes tú considerarme merecedor o digno de ello, Padre.

NOTA: Antes de recitar la oración usted debe preparar una pequeña mesita (a modo de altar) en la que esté una o más velas negras, uno o más de un incienso de la mejor calidad posible y, sobre todo, una cartulina blanca en que esté el sello del demonio. Previamente a la oración, usted deberá visualizar en su mente el sello del demonio (por eso se recomienda conocerlo de memoria) mientras recita o canta el nombre del demonio en un tono de voz normal o moderadamente alto. La recitación deberá durar por lo menos unos tres minutos; mientras eso sucede, el incienso deberá estar consumiéndose. Todo esto usted lo debe hacer en completa soledad, si es posible de noche y, aún mucho mejor, a las tres de la madrugada y en una noche de luna llena…En términos generales, si el demonio se ha hecho presente se manifestará con una de estas señales: 1) lo verá en el espejo, 2) habrán anomalías en el humo del incienso, 3) el demonio aparecerá directamente (esto es muy difícil que suceda)